Ana & Manuel
Y hoy volvemos a hablar de amor, que es lo que a mi realmente me interesa; esas historias tan íntimas y personales que mueven el mundo, que al final son lo que a todos nos remueve por dentro, lo verdaderamente importante…
Yo soy feliz así.
Ana y Manuel se conocieron de casualidad, y hoy nos cuentan lo bonito que lo vivieron…
Manuel y yo nos conocimos en mayo del 2014 en la boda de unos amigos en común. Nos pusieron en la mesa de solteros, y de eso que dicen que de una boda sale otra, en nosotros funcionó!
En mayo del 2016, por nuestro aniversario, pasamos un fin de semana en Marbella, donde yo nací, con la excusa de ir a comer a un restaurante que teníamos ganas de conocer; y en un banco donde yo tenía una foto de pequeña se declaró. Yo pensé que era una broma porque no lo habíamos hablado nunca! Y siendo el tímido, no me podía creer la situación!!
Podríamos decir que todo comenzó la noche anterior al gran día; ambos celebraron una preboda por todo lo alto en la terraza del restaurante de un amigo, y nadie imaginaba que lo pasarían tan bien. Según Ana, le tuvieron que insistir una y otra vez para que se fuera a casa a descansar, ya que si por ella hubiera sido, se habría quedado cantando y bailando ¡hasta la mañana siguiente!
Ana escogió el hotel Madinat para vestirse, ya que era uno de los favoritos de la pareja. Lo que no se esperaba quizás, era que al llegar por la mañana, encontraría una nota de Manuel, con un ramo de flores y una foto de los dos…
En cuanto a su precioso vestido, Ana sabía que quería un diseño bastante sencillo y cómodo, pero que a la vez tuviera un toque de originalidad; que pudiera reflejar en él, su propia personalidad. Y nadie mejor que Lola Martín, pudo recrear su deseo en un diseño perfecto para ella, y más que bonito sin duda.
Desde que conoció a Cristina, asegura que la complicidad fue máxima, y juntas consiguieron ver crecer el vestido de sus sueños. Éste se componía de dos piezas: un body a modo de blusa de pico cruzado y manga entallada con botones; y una falda con fajin drapeado en cintura. Escogieron un crepé cadi pesante que se ajustaba perfectamente a la silueta de su cuerpo, y perfecto para la época del año. Ana estaba radiante.
Si algo tenía bastante claro, es que no quería llevar velo, ni la cara cubierta; por lo que la opción de una capa de 2 metros, que nacía desde los hombros le pareció espectacular. Además, añadieron al diseño un pequeño detalle en el hombro, como toque final. Todos quedaron deslumbrados al verle…
Sus preferencias cambiaron por completo cuando decidió buscar su tocado ideal; y es que si con el vestido quería algo sencillo, para la cabeza le apetecía algo muy original. Para ello se desplazó a Madrid, con el fin de que fuera Suma Cruz quien cumpliera su deseo.
Conocía de sobra el trabajo de la firma, y le encantaba; así que, junto a Paola e Inma, diseñaron dos piezas desiguales y tres estrellas pequeñas, en color oro envejecido, con cristales en tonos pastel; espectacular.
En cuanto a las joyas; Ana lució su anillo de pedida, un solitario de oro con diamante; junto a unos pendientes de su abuela paterna, que para el baile cambió por unos aros de oro de su madre. Además de éstos, una amiga íntima le regaló varios individuales de la colección de Aristocrazy de piercing en oro blanco con diamantes; dos sencillos y uno en forma de gota.
Junto a su madre también, eligieron los zapatos en una famosa zapatería de Córdoba, llamada Calenda. Finalmente se decantó por unas sandalias de la firma Pedro Miralles, en color maquillaje, con una lazada súper bonita; no lo pensó demasiado, una vez se los probó y ver lo cómodos que eran, se los llevaron.
Ana nunca olvidará esos momentos previos tan emocionantes; junto a su madre y dos de sus mejores amigas, lo pasaron genial mientras todas se preparaban.
Me emocioné mucho cuando subieron a verme mi padre y mi hermano. Con mi padre tengo una unión muy fuerte, ya que trabaja fuera de España y sólo estamos la familia junta dos veces en el año. Le bordé un pañuelo de su padre con una frase y se la dí antes de salir.
Fueron dos momentos donde me emocioné: entrando en la iglesia de su mano mientras oía mi canción favorita (“She”), y el ver allí a mis abuelos. Siempre digo que soy una afortunada por poderlos tener en ese día.
Manuel eligió un traje a medida en Fields, en color gris marengo, con camisa azul también de allí, y zapato Oxford clásico, de Berwick 1707. La corbata era de Lester.
Y como gemelos llevó unos de plata con sus iniciales, regalo de Ana días antes de la boda. Ese mismo día, él también le regaló su perfume y la loción corporal favoorita, Coco Mademoiselle, de Chanel.
La ceremonia se ofició en la Iglesia de San Francisco; ambos querían que fuera ahí, ya que era la misma Iglesia donde se habían casado sus amigos en 2014, y les había dado muy buena suerte. Además, el párroco era amigo de la familia.
Una anécdota muy graciosa fue que el coche que me recogía para la Iglesia, se rompió cuando iba a por mí, y mi padre y yo estuvimos media hora esperándole, cuando nadie en la Iglesia sabía nada porque no nos cogían los teléfonos!! Estuve a punto de irme andando!
De todo el reportaje fotográfico se encargó Molina & Royo, si algo recibieron de todo el equipo en su primera visita, fue mucha cercanía y espontaneidad; y en todo momento estuvieron encantados con ellos. El resultado como siempre, una pasada. El vídeo fue obra de Roberto, de Quiero Besarte; y Ana nos asegura que ¡no para de verlo!.
Ana llegó maravillosa, y acompañada de un cortejo infantil para morir de amor. Sus niños de arras hicieron las delicias de todos los que les acompañaron. Los niños llevaron un conjunto de pantalón cortito en azul grisáceo, y una polera beige de lino, con alpargatas; y las niñas unos vestidos de rayas del mismo tono con espalda cruzada, alpargatas, y unas coronas de paniculatas y olivo. Todo ello de The First.
Tanto el ramo de novia, como la decoración de la iglesia y la celebración, recayó en las manos de Cristina, de Andaluflor. Quien captó la idea de Ana desde un primer momento, ofreciendo justo, lo que ella siempre había soñado…
Queríamos una boda de noche y en verano, todo al aire libre y con muchas luces y velas, así que decidimos celebrarlo en Torre La barca, hacienda de Bodegas Campos, que se sitúa en una zona más alta de Córdoba, con un fresquito ideal, que agradeceríamos en una noche de Julio. Tuvimos muchísima suerte con el tiempo, nadie se podía imaginar el día tan bueno que nos hizo.
El catering también fue de ellos. Aparte pusimos una gran mesa de sushi, a cargo de Onakasita, y la recena fueron bocadillos de Bocadi, negocio familiar y de Manuel, muy conocido en Córdoba y que encantó a todos los invitados!
Del diseño de las invitaciones se ocupamos los novios y sus amigos. Una de ellas diseñó el forro del sobre pintado a mano con algas marinas, el mapa del sitio, y lugares de interés de Córdoba; para los invitados que venían de fuera. La madre de Manuel se encargó de los misales que pintó a mano la fachada de la Iglesia y la plaza.
Los novios llegaron con la cancíon “Dime que me quiere” de Tequila, animando a todos a bailar. Y durante el el aperitivo, Ana de Lois, fue quién amenizó con música en directo, En el baile, que ambos abrieron con la canción “Contigo”, de Joaquin Sabina; tuvieron un grupo de versiones de los 80 y 90 a cargo de Olivetti versiones después de la cena, y el Dj fue a cargo de MySound.
La boda salió a la perfección, todo gracias a Bea de QuieroQuiero, que estuvo al tanto de todo, y nos ayudó mucho desde el principio. Depositamos toda la responsabilidad en ella, y eso nos hizo que en ningún momento estuvierámos pendientes de algo que se nos podía escapar.
Fue nuestra hada madrina ese año de preparación y más aun ese dia!
Como detalle, decidieron invertir la mayor parte del dinero en una donación a la Asociación de Cáncer de Córdoba; quienes les obsequiaron con unos espejitos que regalaron a sus invitados; junto a puros, y zapatos para cambiarse en la zona del baile. En los aseos además, facilitaron, aparte de cestas para retocarse, bolsitas de rafia con un kit para el día siguiente a la fiesta: paracetamol, tiritas, crema..(idea de Ana, como buena farmacéutica).
Uno de los momentos más emotivos fue en la entrega del ramo, ya que Ana decidió dar dos réplicas del mismo a dos amigas suyas; una de ellas no se lo esperaba y no paró de llorar durante un buen rato…
Fue sin duda, una noche maravillosa e inolvidable…
No me puse nerviosa en ningún momento. Estaba tranquila, sabía que me iba a casar con el hombre y amigo que quería, y estábamos rodeados de nuestra familia y amigos… fue un sueño! Cuando apagaron la música y vi que eran las 8 de la mañana no me lo pude creer! Y no nos quedamos más porque la empresa de autobuses se iba! En una de las veces que nos cogieron mientras sonaba la canción “Todos los Besos”, acabamos en el suelo!!
Mis amigos nos acompañaron hasta el hotel mientras bailábamos y cantábamos muertos de risa, fue una noche mágica!!
Al día siguiente, cenamos todos juntos rememorando todas las anécdotas y viendo las fotos del fotomatón que pusimos en la zona de baile con las dedicatorias de todos, ¡qué risa!
Una boda inolvidable, por regalarnos estos momentos tan especiales…
GRACIAS
Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras…
By: William Shakespeare.