Cristina & Antonio
Qué ganas tenía de poder enseñaros todos los detalles de esta boda tan bonita y especial… Se casaron hace poco más de dos meses, y puedo asegurar que fue un día ¡precioso!
Todo apuntaba a que estaban hechos el uno para el otro en la cabeza del mejor amigo de Antonio; Jose María estaba convencido de que saltarían chispas el momento en el que les presentara, y no paró hasta conseguir que se conocieran… Él fue su cupido, y nadie puede dudar de que ese presentimiento estaba en lo cierto.
Con el paso del tiempo, la confianza se afianzaba, y el amor se hizo dueño de esa bonita relación. Diez años en los que han crecido de la mano, conocido lo bueno y lo malo; han viajado, han reído, llorado… y por supuesto, han soñado su vida juntos. Siempre rodeados de buenos amigos y con una sonrisa infinita.
Yo misma, con el poquito tiempo les conozco, os confieso que son una pareja súper compenetrada y sobre todo, muy feliz.
Su pedida fue de las «espectaculares» sin lugar a dudas, ya que tuvo lugar nada más y nada menos que en el restaurante Sirocco del conocido Sky Bar de Bangkok. Era semana santa, y se fueron junto a amigos a disfrutar de unos días de vacaciones. Para nada imaginaba Cristina, que aquella noche, en la que por «casualidad», sus amigos finalmente no pudieron asistir a la cena… Antonio le tenía preparada una sorpresa inolvidable en uno de los lugares más impresionantes de la ciudad.
Cristina volvió de su viaje en «una nube», sin apenas creerse lo que había ocurrido, y más enamorada que nunca… Pronto comenzaron a organizar su gran día. Sumergida en el mundo bridal, tenía las cosas bastante claras desde el principio. Y es que junto a su hermana María, es propietaria de la firma Fanfan et Poupi y el atelier Portocale.
Ambas tienen un gusto impecable y muy personal, así que no dudó en contar con la ayuda de ella para dar vida al vestido de sus sueños en su propio taller.
Portocale es un coqueto atelier ubicado en Murcia capital, donde se encuentran vestidos de novia super especiales; firmas actuales como Boüret, Colour Nude, Lorena Merino, Victoria Imaz… y las últimas tendencias en el sector.
Fue una pasada ver como se desarrollaba aquella idea que rondaba en su cabeza; elegir los tejidos, su combinación… Y finalmente, ver el resultado; el cuerpo estaba compuesto con parte de un camisón antiguo de la familia, y la falda, de organza de seda, con una enagua de puntillas de algodón, tintada por su madre (espectacular).
Acompañando este especial diseño, una mantilla antigua de la familia, que personalmente me encanta. Cada día me gusta más la mantillas corta, y ésta era una verdadera preciosidad.
En cuanto al tocado, otro de sus puntos fuertes… Fanfan et Poupi, es una firma que lleva años fabricando tocados artesanales para novias e invitadas, y esta vez, el reto era muy importante. Se trataba de una diadema de flores en forma de estrella, con centro de perla montadas en una base de ruscus blanco, super bonita. Quizás, el tocado más especial para ellas.
El ramo también fue obra de Fanfan et Poupi, ya que trabajan la flor preservada como nadie; y se componía de brunia, glixia, anastasia blanca, arbórea, hojas de magnolio, solidago y flor de arroz. Cristina supo desde el primer momento que quería conservarlo para siempre, y así fue.
Del maquillaje, tanto el de la novia, como el de su hermana, madre y amiga, corrió a cargo de Carmen Vigueras, y sabiendo lo espectacular que trabaja, yo tenía claro que irían guapísimas (no me equivocaba!). L´atelier de Mayka fue quien les peinó, y salta a la vista lo bonitas que iban. Sin duda son dos grandes profesionales.
Los zapatos, regalo de su hermana, eran unas sandalias blancas súper finas, de Carolina Herrera. Y como joyas, llevó el anillo de pedida que Antonio le regaló en Bangkok, unos pendientes preciosos que también diseñó ella en Indigo Jewelry, y un segundo anillo con una esmeralda muy bonita, regalo de la familia de Antonio.
En definitiva, ¡¡Cristina nos enamoró a todos!!
Su hermana iba guapísima con un conjunto muy estiloso de blusa y falda, que combinó con un tocado ideado también por ella, una capota de cristales facetados y flores; junto a unas sandalias de Malababa preciosas. La madre de ambas personalmente me pareció muy elegante con un modelo en malva que ella misma personalizó.
Antonio se decantó por un chaqué en marino, chaleco color crema, y corbata verde, con motivos estampados. Además, también llevó el reloj que la familia de Cristina le regaló en la cena de pedida oficial; y un prendido preservado, hecho de nuevo, por Fanfan et Poupi.
La ceremonia se ofició en la Iglesia de San Juan Bautista, de Murcia capital; y fue una misa emotiva y muy especial. Quizás lo más bonito de todo fueron los gestos de cariño y las lecturas de hermanos y allegados.
Contaron con Musical Mastia para poner banda sonora a la ceremonia, un trío de cuerda que lo hizo muy bonito. De toda la decoración floral se hizo cargo Emy Floristas y supo recrear la idea de los novios a la perfección; tanto la puerta como el pasillo y el altar, quedaron preciosos.
Cristina no pudo llegar mejor acompañada, del brazo de su padre, y junto a unas arras para morir de amor… De los trajecitos se encargó la firma Bemini Kids Clothes y no me pudo gustar más (ya conocéis mi debilidad por la ropita infantil…).
Las niñas mayores llevaban un vestidito en blanco, con largo «monaguillo» (tobillero), y abierto por la parte trasera, adornado con botones forrados en vichy negro, súper monos. Las diademas preservadas fueron, como no, de Fanfan et Poupi, y llevaban hojas de arbórea verdes, como las del ramo de novia, junto a hojas de magnolio y glixia blanca.
Los pajecitos más pequeños llevaban, a conjunto de las mayores, un pelele precioso de vichy negro, con cuello volante y puntilla de valencie. ¡iban para comérselos!.
En la salida de los novios, un montón de mini cañones de confeti de Miss Saturday, apuntaban a los novios en busca de la foto perfecta, y dando pistoletazo de inicio a una gran celebración.
De todo el reportaje fotográfico y del vídeo se encargó Javier Berenguer, y os tengo que asegurar que se mueve como nadie, busca la mejor visión y perspectiva, le cueste lo que le cueste. Es una pasada ver como él solito cubre una boda, y lo que se le presente.
Tras la ceremonia nos trasladamos a Real Casino de Murcia, para continuar con la celebración. Se trata de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Murcia, ubicado en una céntrica calle Trapería, a pocos metros de la catedral.
La cena se servía en un salón señorial, de doble altura y una belleza única, e historia viva. Mesas imperiales de espejo, decoradas de forma exquisita por Emy Floristas también, y el detalle que a todas nos dejó impresionadas. Y es que nos habían dejado en el sitio de cada chica, un tocado Fanfan et Poupi que hicieron con mucho cariño. (Yo ya llevaba uno de ellas, pero sin dudarlo, me puse el que nos regaló!).
Para los chicos también tuvieron un detalle muy personal; regalaron una botella de vino de la bodega Mateo-Nieves, familia de Antonio. Además, también dieron un ramo a las madres de ambos, otro preservado a sus mejores amigos, y como no, a la hermana de Cristina. María es una persona muy importante para ella, y no podía faltar un gesto de agradecimiento a toda la ayuda que siempre le ha prestado; fue un momento muy especial para ambas.
Antes de la apertura del baile, Cristina se retiró para aparecer por sorpresa con un segundo vestido espectacular, e igual de bonito que el primero. Como el anterior, el diseño corrió a cargo de ella misma, y se trataba de un dos piezas de otoman y cuerpo de pedrería, que acompañó con unas sandalias Jimmy Choo espectaculares. Con ambos looks, iba realmente preciosa.
Durante las copas disfrutamos con una mesa de frutas exquisitas de La Huerta de Murcia; y el escenario, Globomur se encargó de ponerlo bonito. Fue una fiesta genial y sobre todo, un día inolvidable…
Por dejarme compartir con vosotros este día tan especial…
GRACIAS
¡Sois una pareja 10!